Una persona puede ser independiente o autónoma. De ninguna forma los términos independencia y autonomía deben ser utilizados como sinónimos, pues no lo son. Si bien, son muy parecidos, cada uno tiene implicaciones diferentes. Debido a esto se recomienda conocer a fondo la definición y las connotaciones de cada uno de estos términos.
Independencia | Autonomía | |
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| Definición | En la psicología (e incluso en la filosofía), independencia es el hacer algo o llevar a cabo una acción sin depender en ningún momento de otra persona para ello. | En cuanto a la autonomía, se trata de la capacidad de una persona de actuar libremente, siguiendo su criterio propio. La existencia de la autonomía conlleva el tomar decisiones libremente, sin ningún tipo de influencia externa. |
| Ejemplificación | Hay una mujer de nombre Laura tiene un buen trabajo, se mantiene con sus propios medios económicos y vive una vida muy cómoda. Lo que la impulsa día a día a perseguir sus metas es el recuerdo de sus detractores que le decían constantemente que nunca lograría nada. A pesar de todo, Laura es una mujer independiente. | No obstante, a pesar de ser independiente, Laura no es autónoma. Esto debido a que no actúa por su propia voluntad, aunque así lo parezca. Laura, en realidad actúa pensando en callar las voces que en el pasado le dijeron que nunca lograría nada. Lo hace para demostrarles lo contrario, que logró todo lo que quiso. |
| Explicación | Por lo tanto, una persona independiente puede no depender de nadie, pero sin duda existen factores externos que influencian en cierta medida su actuar. | Una persona autónoma, en cambio, no solo es independiente en sus acciones y sus decisiones, sino también lo es en su pensar y sentir. A alguien autónomo no le influyen de ninguna manera las opiniones ni ideas de los demás. |