Los valores universales son, como su nombre lo indica, universales a todos. Esto quiere decir que son conocidos y reconocidos por la gran mayoría de las personas, dejando de lado su condición social, nacionalidad, edad, sexo, religión y otros. Los valores universales trascienden más allá de estos aspectos y se perciben como características humanas que tienen el mismo valor para distintas personas.
Algunos expertos teorizan acerca de si los valores universales realmente existen. Es interesante pensar, por ejemplo, que, aunque la puntualidad es un valor considerable, no posee la misma importancia en Japón que en Brasil. Es un asunto un poco ambiguo pues hay pocas cosas realmente universales en el mundo.
Otros argumentan que estos valores no tienen que llegar tan lejos como a la práctica para alcanzar el estatus de universal. Con el simple hecho de ser una característica apreciada o bien valorada basta para ser considerados valores universales.
La tolerancia, la honestidad, la bondad y la solidaridad pueden considerarse valores universales.