La tecnología es el conjunto de conocimientos y técnicas que facilitan la vida de las personas. La tecnología aplicada de manera ordenada y lógica permite al ser humano moldear y adaptar su entorno para así satisfacer alguna necesidad o deseo específicos. Por lo tanto, se puede decir que la finalidad de la tecnología es dar solución a un problema o a una situación que aqueja en cierto grado, al hombre.
Gracias a la tecnología, el ser humano ha sido y es capaz de proyectar y crear bienes y servicios que satisfacen necesidades, que cumplen deseos y que permiten la adaptación al medio que le rodea.
Los resultados de la aplicación de la tecnología a distintos aspectos de la vida de las personas han contribuido en distintos niveles al progreso social. Con progreso social, se hace referencia a que, durante los comienzos de la humanidad, distintas tecnologías ayudaron al humano a ser capaz de alimentarse, abrigarse, refugiarse y satisfacer otras necesidades de primer nivel. Todo esto con el tiempo, contribuyó a la evolución del ser humano hasta poco a poco llegar a convertirse en el hombre de hoy en día.
Sin embargo, no solo se limita a este aspecto de la sociedad. Cuando la tecnología y el comercio se encuentran, por ejemplo, sucede que los deseos que satisface la tecnología alimentan directamente al consumismo. Actualmente, por ejemplo, no es raro que las personas busquen cambiar de teléfono en cuanto el modelo más reciente es lanzado. Lo mismo con los vehículos, las televisiones, las computadoras u ordenadores y otros gadgets tecnológicos. Es aquí cuando la tecnología cumple con funciones estéticas y simbólicas. Su finalidad es dar estatus, no satisfacer realmente una necesidad básica.