Tecolote es el nombre que algunas especies del orden de los estrigiformes reciben en países como Honduras, Guatemala, El Salvador, México y el sur de Estados Unidos. Los tecolotes no conforman en sí a una especie o un género. Más bien, algunas especies de búhos (exclusivamente búhos que viven en Norteamérica) reciben este nombre de origen náhuatl. De hecho, se puede decir que todos los tecolotes son búhos, pero no todos los búhos pueden recibir el nombre “tecolote”. En otros países, pueden recibir el nombre de búhos o mochuelos (también conocidos como autillos, caburés, concones, etc).
Los tecolotes son aves rapaces de hábitos nocturnos. Se les puede encontrar en casi todos los ecosistemas, sin embargo prefieren vivir en zonas boscosas o montañosas. Se alimentan de insectos, reptiles, anfibios y pequeños mamíferos como ratones y conejos. Los búhos y los tecolotes tienen la característica de poder girar sus cuellos 270° gracias a que poseen 12 vértebras, se podría decir, en compensación a su falta de movilidad ocular. Por lo general los tecolotes son de menor tamaño que un búho promedio, aunque no existe una descripción oficial al respecto.
En cuanto a otras características físicas, poseen exactamente las mismas que un búho. Sus ojos son grandes en comparación con el resto de su cabeza, la cual es de por sí grande y redonda. Su pico es fuerte, afilado y está orientado hacia abajo. Sus alas poseen cinco diferentes tipos de plumas las cuales le permiten volar sin hacer ruido. En casi todas las especies, las hembras son hasta 25% más grandes que los machos.
Prácticamente todas las especies que llevan en su nombre común la palabra tecolote, son originarias de Norteamérica. Algunos ejemplos son el tecolote canelo (aegolius ridwagi), el tecolote tamaulipeco (glaucidium sanchezi) y el tecolotito del cabo (glaucidium californicum), entre muchos otros.